lunes, 4 de enero de 2016

¡¡FELIZ AÑO NUEVO!!

Y otro año más que comienza. 
Otro año más que este pequeño rinconcito me acompaña allá donde vaya, que me da paz y tranquilidad. Esa paz que este año 2015, ya pasado, no ha habido. 

Mi balance del 2015, a pesar de las múltiples cosas malas que han ocurrido, es positivo. 
Ha sido un año en el que no se ha ido nadie de mi vida, sea por desconexión o por fallecimiento. Y sin duda, esto lo agradezco día a día. Cada año que pasa y no se lleva a nadie, para mi se convierte en un gran año. Y claro, es que estaba tan acostumbrada a que ocurriera lo contrario... Gracias abuela por esa salud de hierro y por esas ganas de seguir viviendo a tus 87 años.
Hemos pasado ya el ecuador de los estudios, y es que echo la vista atrás y aun recuerdo mis entradas sobre bachiller, la selectividad, las dudas de si Huesca o Zaragoza, y me invade una nostalgia... Doy gracias a mi esfuerzo y a mis ganas de seguir y no rendirme. Gracias a ello, estoy en 3º de la carrera para la profesión que es mi sueño y mi pasión.

Y sin duda, este año ha estado marcado por esa profesión, por la educación. Dos momentos que jamás olvidaré. Doy gracias a los niños y niñas por hacer del 2015, uno de los mejores años de mi adolescencia/juventud.
¿Y cuáles son esos dos momentos especiales? Las prácticas de Febrero, 2º MenEI, en las que sin duda reafirme mi intención de dedicarme a la educación de los más pequeños y pequeñas; y las prácticas de Noviembre y Diciembre, 3º MenEI, en las que pude comprobar el cambio tan grande que se da de un año a otro, y con los mismos niños y niñas. 
Quizás mi cuerpo no esté preparado para ser maestra, debido a que en Febrero durante el periodo de prácticas pille la gripe; y durante el periodo de Nov y Dic pille problemas gastrointestinales; pero mi cabeza tiene muy clara cual es su pasión, y los niños y niñas me han ayudado sin duda a luchar por conseguirla.

Doy gracias a los 73 renacuajos y renacuajas de 4 años que han hecho mi año más feliz y que me han llenado de abrazos, de sonrisas, de piropos, de APRENDIZAJE. Creo que he aprendido yo más de ellos y ellas, que al revés. Me han ayudado a encontrarme, y sin duda, a querer y quererme sin importar factores externos ni excusas. 
Y aunque odio muchísimo creer que tenemos que preparar o formar a ciudadanos del futuro en vez de centrarnos que son niños y niñas del presente, y que la infancia es la mejor etapa y se pasa muy deprisa, he de admitir que si seguimos así, el futuro será espectacular. Espectacular en cuanto a buenos valores, pero eso sí, tenemos que seguir trabajando porque aun hay niños y niñas a los que se les está inculcando estereotipos sexistas. Y sí, me refiero a ese "las niñas no saben jugar al fútbol" o "no quiero hacer este puzzle porque es de niñas" que he vivido en prácticas y han salido de bocas de algunos niños. Las respuestas de las maestras y/o mías eran claras "¿cómo sabes que no saben jugar si no se les deja? chicas, ¿sabéis correr, sabéis patear un balón? Pues entonces, podéis jugar al fútbol" o "entonces tendrás que estar sin hacer nada, D lo ha hecho antes, A y J están haciendo otro puzzle, da igual el color, el rosa no es de niñas, I".

Y gracias a estos periodos, se que de formarme tras esto, sería en educación especial.
He podido trabajar con niños y niñas con dificultades (colegio ordinario, bilingüe) y sin duda, la satisfacción que se siente cuando consigues un avance por mínimo que sea, es enorme. 

Gracias 2015, ojalá el 2016 sea tan bueno como tú, si cabe. 
¡Bienvenido 2016!