viernes, 8 de julio de 2016

Ey, no soy española.

Eso parece ser cada vez que el PP y los peperos van de "yo soy español, español, español...", debe ser que los que votamos a otros partidos como Unidos Podemos no son españoles. Debo ser venezolana o cubana. Según ciudadanos y el PP, sí. Ala, todos los de izquierdas venezolanos y cubanos. 
¿No puedo ser y sentirme española por ser de izquierdas, atea y republicana? Vaya, que pena. Pero bueno, cierto es que en los días de resaca post-elecciones siento un poco de vergüenza de este mi país, aunque más que del país en sí, de la gente que habita en él. 
Y cuidado, no es porque hayan votado a un partido diferente al mio, es porque han votado al PP. A ese partido que ha tocado aspectos de lo más imprescindibles en la vida normal de un ser humano como es la educación y la sanidad; entre muchas otras medidas retrogradas y de décadas antiguas. 


Esto lo escribí la misma noche de las elecciones, ya conocidos los resultados finales.
Podría decir tantas cosas (decenas de hojas) y ninguna demostraría la pena que siento. 
Siento pena por ver lo que los españoles quieren hacer con este país (no olvidemos que los partidos toman decisiones porque  una población les ha votado, por lo que somos coautores de esas decisiones).
Pudiendo enumerar mil y una razones por las que no votar al PP, o unos cuantos grupos de personas que no deberían votar a ese partido por las medidas (que les afectan) que ha tomado durante estos 4 tristes años, pero nada de ello cambiaría ya las cosas. La gente se empeña en seguir ciega y sorda.

Y no, no me apena porque Unidos Podemos, a quienes yo he votado, hayan conseguido los mismo resultados que en las pasadas elecciones, aunque escuece (no vamos a mentir, no son buenos resultados). Sino porque los españoles sigan votando, subiendo puestos, al partido más corrupto y ladrón de España, que se rie de nosotros y nosotras como y cuando le da la real gana.

Ahora más que nunca, no hay que rendirse. 
La lucha sigue. Y hay mucha gente que necesita de esa lucha.