Cuatro años después aun revoletea en mi cabeza la misma pregunta ¿por qué a ti?.
Cuatro año después aun recuerdo lo que es quedarse minutos y minutos frente a esa MIERDA de cristalera sin creerme que ese niño de 16 años ya no volvería a abrir los ojos ni a ir con esa preciosa sonrisa permanente que mantuviste hasta en tus peores momentos.
Ejemplo de lucha, ganas de vivir y valor.
¡Te echo de menos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias!