¡Grandioso!

Aunque no a menudo, yo soy dada a hacer ciertas locuras y esto mismo, fue lo que hice el Viernes. Hasta unas horas antes del concierto, no tenía entradas y ni tan siquiera tenía previsto ir. Por la tarde, me plante en la cola, con mi entrada (maldito, siempre las venden en Ibercaja, NO me gusta) y a esperar hasta el comienzo del concierto. Cuando nos hicieron levantarnos a dos horas de que empezase el concierto, yo estaba temblando. Cuando ya entramos, la espera se hizo mas amena. Un poco antes de las 10, ya estábamos disfrutando en 1ª fila, del señorito Melen y la gran banda que le acompaña siempre.

Lo que menos me gusta de un concierto es la espera de horas y horas, el calor, las abalanchas pequeñas que suelen haber y el agobio (y mas si estas entre las primeras filas). Y lo que mas, la emoción, el olvidarte de los problemas por unas horas y el momento en el que te dedica una sonrisa el cantante/grupo al que has ido a ver. Creo que aunque sean mas las cosas malas, la balanza se decanta por lo bueno. Todas las horas de espera y agobio, merecen la pena por ello; por ver a ese artista y que te dedique una sonrisa o una mirada (aunque se la dedican a casi todos los que están en 1ª y 2ª fila). Merece la pena pagar ''x'' euros, si los vas a aprovechar como es debido.

Para finalizar, la entrada, el día, el concierto y las emociones, he de decir que hacía casi 2 años que no iba a un concierto de Melendi, y no es por maduración o porque no me guste como antes (cabe añadir que hace muchísimos años, cuando tenía rastas, pues a parte de gustarme su música también me gustaba el; ahora me gusta, pero como persona, no como físico), es por falta de tiempo, por no tener como moverme al lugar del concierto y porque me agobio muchísimo cuando hay mucha gente a mi alrededor y estamos apelotonados (por eso solo voy a los conciertos de Melendi o a alguno que sea gratis en la Plaza del Pilar en Pilares).

¡Que grande!