¡Feliz Navidad... ejem, ejem, ejem!

La Navidad es la sociedad del consumo.
Esa época en la que tienes que sonreír y sentir felicidad por cojones, sino eres un bicho raro. Esa época en la que se derrocha dinero a mansalva y nunca es suficiente. Esa época en la que te tienes que encontrar con toda la familia y soportar las rencillas, tensiones y peleas que hay y va a haber. Esa época en la que te vas a acordar de los que ya no están.

Sinceramente, detesto la Navidad desde 2009, no voy a ser mentirosa. De pequeña, me encanta, disfrutaba. Pero cuando empezaron a faltar personas y se notaba la ausencia, dejo de gustarme y también, cuando me he dado cuenta que no es mas que una burda farsa, que solo sirve para comprar, gastar dinero y hacer ver al resto una felicidad la cual no sientes. Es cierto que es un época que tiene magia pero una magia falsa, ya que en cuanto se acaba, comienza la cruda realidad de nuevo.

Y para no amargarme tanto y ponerle un toque de humor, la Navidad es esa época en la que toda la familia te pregunta ''¿pero ya tienes novio?''. ¡¡NO!! No tengo y si tuviese no te lo diría.