domingo, 23 de diciembre de 2012

Un año.

Y pensar que ya hace un año de que te nos fueses. Y pensar que a las 2:30 de la madrugada del día 22-23 diste tu último suspiro. Pensar que hace un año estábamos todos llorando a lagrima viva en un sitio horrendo, feo, asqueroso, maléfico, al cual ya he ido mil veces (maldita sea). Pensar que te nos fuiste un día antes de tu ansiada y querida Nochebuena y pensar que la pasada y esta y todas, ya no te vamos a tener, DUELE. 
Y pensar que mañana cenaremos todos juntos y no solo faltará el yayo y el primo, sino también tu por segundo año consecutivo, DUELE. Y no sabes cuanto. Que el día de mi cumpleaños no pudiese recibir tu llamada, con tu felicitación cantándome, y tus miles de ''te quieros'', duele. Lo que eche de menos tu felicitación cogiéndome los dedos cuantos años cumpliese, como el año pasado (ya que no podías hablar). 
¿Pero a que no sabes que? Que me siento enormemente afortunada por haber podido conocer a mis cuatro abuelos, y por poder haber pasado contigo 18 años de mi vida. ¡Te quiero muchísimo! Un besazo allá donde quiera que estés. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias!